Somos un país poco emprendedor y poco innovador si nos comparamos con el resto del mundo. Como ejemplo ya conocido, Israel es el segundo ecosistema más emprendedor del planeta, solo por detrás de Silicon Valley.
Guillermo Herrera Molina
15 de Diciembre de 2016
Analicemos algunos aspectos claves para generar un nuevo modelo y ecosistema emprendedor e innovador que potencie nuestra economía hacia el crecimiento, igualdad, sostenibilidad y progreso social.
Necesitamos fortalecer nuestra cultura y hacerla crecer centrada en la diversidad de ideas, la promoción de la inmigración, así como la apertura de mente para no solo crear buenos profesionales en las universidades, sino buenos emprendedores.
Premiar la discusión y la dialéctica y valorar y recompensar a los emprendedores e innovadores que piensen por sí mismos, en contraposición los que son “yes man” y siguen órdenes sin criterio propio.
Incentivar el estudio y aprendizaje centrado en la adquisición de competencias para el futuro, y no en la adquisición de conocimiento general, que viajen y trabajen fuera de nuestro país, pero con las puertas abiertas para regresar
a “tiquicia”, al “pura vida”.
Somos un país con un mercado local pequeño pero con grandes oportunidades para competir globalmente. Además, hemos realizado una extraordinaria labor atrayendo inversión extranjera de calidad en la industria biomédica, servicios y
turismo.
Sin embargo, ante la venida de la cuarta revolución industrial y el avance científico-tecnológico el crecimiento va a estar en crear una economía del conocimiento en donde el talento y capital humano son la clave. Y contamos con personas
que tienen grandes competencias para emprender el camino de ser emprendedores y crear startups de alto valor tecnológico, pero ¿dónde se encuentra el capital disponible para tal fin?
El gobierno debe diseñar un modelo de negocio y estrategia clara y focalizada en transformar la economía a través de iniciativas país en donde la creación de startups, incubadoras y aceleradoras innovadoras tengan la posibilidad de
conseguir recursos financieros que les permita equivocarse pero a la vez crecer y ser exitosas.
El gobierno debe crear una entidad con suficientes recursos económicos para propiciar la creación de fondos de capital de riesgo e inversión en startups, y así facilitar el acceso a los recursos e inversión requeridos.
La pregunta acá es: ¿Cuál es nuestro Yozma costarricense?
En Israel el fondo Yozma es el 40% del total del fondo y el otro 60% lo debe aportar el inversionista privado interesado en las startups, a la vez que también se promueve la participación de fondos extranjeros probados y correctos.
Nuestro país invierte casi un 8% del PIB en educación. Esto sólo es comparable con algunos pocos países desarrollados del mundo.
Somos un país con grandes recursos naturales, una posición geográfica envidiable y muchos otros recursos de los cuales nos sentimos orgullosos. Hemos sido ejemplo de ser un país en donde la tasa de analfabetismo es muy baja, y
en donde existe una institucionalidad privilegiada, no solo para los costarricenses sino para inmigrantes.
Contamos con el ADN y talento humano disponible, pero hay que potenciarlo y ubicar los recursos necesarios para promover la creación de startups alrededor de biotecnología, nanotecnología, tecnologías digitales, agricultura, logística,
y muchas más.
¿Dónde se cultiva la semilla del empresarialismo innovador y la creación de startups de alto valor tecnológico?
Seguimos con una educación tradicional que debe cambiar y en donde las universidades juegan un papel preponderante. La población nuestra habla poco inglés, y en el mundo actual sin este idioma al menos, es difícil imaginarnos un país emprendedor, innovador y creador de startups.
En una economía del conocimiento como la que debemos promover el gobierno debe jugar un papel clave, junto a las municipalidades, sector privado, OSFL y otros actores claves para crear el ecosistema y modelo emprendedor
costarricense como uno de los pilares y motores de nuestra economía, y es acá donde Comex y otras entidades del Estado juegan un papel clave como catalizadores, promotores y actores activos en este ecosistema.
Aprendamos de los que saben y han tenido experiencia en startups y emprendimiento innovador, y empecemos ya.